Apenas hemos recorrido unos metros y ya estamos rodeando el
primer roble declarado monumento natural;
el de Kisulabe, llamado así por la calera que había en ese lugar; su
grueso, ancho y verrugoso tronco, tiene en la base 3,14 m de diámetro (a 1,30 m
de altura: 3,53 m), su altura es de solo 11,60 m;
en el entorno y en el propio
tronco crecen hongos, líquenes, musgos, helechos y hasta existe un enjambre de
abejas en uno de sus huecos;
fue trasmochado (cortadas sus ramas para leña), de
ahí la forma semejante a un candelabro, ahora se halla en su fase senescente.
Bordeando el polideportivo,
tomamos pista a la derecha,
pasando por una caseta derruida,
seguimos escoltados por altivos robles de gran
tamaño,
cambiando de dirección,
damos un rodeo para cruzar población y
carretera, siguiendo por la pista agrícola de enfrente;
nos acercamos a ver la
Regata Urxarra
y seguimos pisteando entre linderos de fincas;
llegamos al robledal
de Beheitikolanda con el segundo roble monumental, más alto (29 m) y de tronco
hueco.
El camino cuajado de acebos y otros robles de alto porte,
se
acerca al Río Basaburua, de hecho, nace un sendero hacia pueblos vecinos, que
discurre paralelo al mismo, nosotros continuamos el recorrido propuesto,
cruzando dos puentes de madera, uno salva la Regata Baragon,
para volver a
cruzar la carretera de vuelta, caminamos brevemente por la acera del Centro de
Salud, colegio y serrería
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