cruzando la población,
tomamos pista empedrada hacia el Norte bajo el
aparcamiento;
se encuentra tomada por la vegetación, en la zona que linda con
la carretera;
desde la misma, cruzamos el puente,
para seguir a la derecha el
sendero balizado (GR-321)
que faldea la Cordera de Larraburua; el predominio de
los bojes es apabullante,
aunque distinguimos también algún roble y las
abundantes hayas; a partir de una pequeña chabola con techo de uralita,
se
empina el sendero hasta llegar al cruce con la senda de los contrabandistas;
en
el descenso,
un sapo común (Bufo spinosus), enorme y pachorrón, se halla
interrumpiendo el paso, sus órganos especiales, con detección de vibraciones
del sustrato que tienen en el oído interno, le dicen que va a haber lluvia
(a nosotros el meteosat),
sin apresurarse, ya que la tormenta se espera para
esta tarde, nos deja cruzar
hacia la ribera del Río Belagua.
Realizamos un trecho por el arcén de la NA-1370
hasta las Ateas
de Belagua (pasos de ciertos desfiladeros rocosos);
donde encontramos dos puentes
románicos,
formaban parte del Camino Real que atravesaba la montaña, uniendo el
Valle del Roncal con el de Baretous.
Desde el segundo puente,
por la margen derecha del río Belagua,
un sendero señalizado con marcas exclusivas -rojas y azules- nos eleva entre un profundo
hayedo;
si vamos atentos, veremos un Hongo De Árbol Amarillo
y un grandísimo ejemplar
de abeto de Douglas;
también limacos
e incluso orugas peludas, que pueden
convertirse en bellas mariposas;
los helechos anticipan
la llegada al collado
herbáceo,
entre la Peña de Belabarsaitsa (1282 m)
y Sanzol (1286 m); seguimos
por sendero rodeando la Borda de Leirón, con explotación ganadera; paramos a
tomar el mantente, nos ponemos las capas
ya que el chispeo arrecia, (que razón tenía
el Bufo bufo), hasta que conectamos con la pista en Artikomendia de Belabarze.
La seguimos
hasta el escondido paraje,
con las pasarelas
de
la preciosa Cascada de Belabarze,
donde el tono azul-verdoso del agua
y el
entorno agreste de su bajada, nos enamora.
Volvemos sobre nuestros pasos a la
pista,
conectamos con el GR-11, Camino de Belén;
vamos paralelos al Barranco de
Belabarze; dejando atrás el Corral de Concha,
seguimos rectos en busca de
nuestra casita con ruedas y ponernos a salvo de la que se avecina.
Comentarios
Publicar un comentario