Partimos en claro ascenso por la pista pavimentada; en
Abracuco,
vemos un nacimiento vallado en la curva de llegada a la Borda
Marruaren;
dejamos la pista subiendo rectos bajo el bosque de hayas,
hasta
enlazar de nuevo con la pista de Larrautx; la seguimos unos metros a la
izquierda en curva,
para encarar otra subida que nos saca a la pista de una
chabola;
la rodeamos por la derecha
y volvemos a pistear;
vemos un eslizón
ibérico muerto;
la pista bordea la borda Kintoko (Quinto real),
poco más
adelante, por un paso canadiense cruzamos el Arroyo Autringo;
comenzamos a subir
paralelos al vallado delimitador de fincas ya por el GR-11,
los puestos de caza
se suceden,
al igual que las vistas panorámicas,
mientras bordeamos el Azarlegi
(975 m).
Pasado el Arluxe (922
m),
continuamos por la frontera divisoria con Francia,
cuando un ruido lejano
de moto llama nuestra atención; un paisano reagrupa los caballos, que pastan en
la empinada ladera de la zona francesa, dando gas monte través.
El sendero
GR-11 apenas si da tregua
hasta llegar al prado caballar,
desde donde acometer
el ascenso final a Peña Alba (Albako Harria); transitamos por el pastizal
con
la vista puesta en su cara sur,
por donde, apoyando manos por las enormes lajas
y pedruscos, me encaramo al vértice geodésico;
observando además del vuelo de
un buitre;
al Este, el cercano Argibel (988 m) y al Oeste el Barranco Argus.
Tomamos la fruta e iniciamos el descenso
hacia un
nacimiento,
unos milanos reales (Milvus milvus) sobrevuelan unas toperas sin éxito;
un grupo montañero
se dirige a coronar también Peña Alba;
enlazamos con el sendero de vuelta, me
despido de la feliz manada,
donde uno de ellos retoza en la hierba;
a desandar
lo andado toca,
esta vez acompañados esporádicamente, por los caminantes de la
transpirenaica haciendo el GR-11 que deriva por Quinto real.
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