Accedemos desde Pliego por la C-5 a Casas Nuevas; por carretera en dirección Zarzadilla de Totana /Aledo, aparcamos en la zona del Puerto, entrando por la pista unos metros hasta la bifurcación donde parte la ruta.
Comenzamos la faena 22 Andarines Caminando por La Vida, dirigidos por Manuel; por la pista de la derecha paralelos al Barranco de Palomeque en suave ascenso,
dejando a nuestra izquierda las ruinas de la Casa de Don Darío Valcárcel,
se incrementa ligeramente la pendiente en la cabecera del barranco, cambiando de dirección hacia el Oeste.
Serpentea la pista forestal hasta el nacimiento del Barranco
de Los Tornajos; eludiendo dos cerros coge rumbo Sur, dejamos a nuestra derecha
una pista de bajada; bordeando el Cabezo del Sordo, buscando acometer por la
arista hacia el Noroeste,

la primera parte del duro ascenso








hasta el Collado de Peña Rubia (1072 m),

lo hacemos desde la primera curva cerrada cuando la pista inicia su declive. Ascenderemos desde los 800 m hasta 1259 m (459 m, sumados a los 200 m que ya hemos hecho).

Hacemos una parada en el collado tomando el mantente,

para continuar subiendo entre pinos y coscojas




al alto de la Peña Rubia (1259 m);

las vistas son estupendas, distinguimos al Norte el pico de la Selva (1521 m); al Este los Cuchillos del Bosque en Sierra Espuña; al Sur, los campos de Lorca; al Oeste, la Sierra de Pedro Ponce.



la primera parte del duro ascenso
hasta el Collado de Peña Rubia (1072 m),
lo hacemos desde la primera curva cerrada cuando la pista inicia su declive. Ascenderemos desde los 800 m hasta 1259 m (459 m, sumados a los 200 m que ya hemos hecho).
Hacemos una parada en el collado tomando el mantente,
para continuar subiendo entre pinos y coscojas
al alto de la Peña Rubia (1259 m);
las vistas son estupendas, distinguimos al Norte el pico de la Selva (1521 m); al Este los Cuchillos del Bosque en Sierra Espuña; al Sur, los campos de Lorca; al Oeste, la Sierra de Pedro Ponce.
Iniciamos el descenso volviendo sobre nuestros pasos,




por las pronunciadas pendientes de tierra suelta, eludiendo zonas arbustivas cerradas,






hasta la pista que traíamos;



mas adelante se interna entre campos de cultivo,

hacemos un alto para admirar un pino monumental de inmensa cuerda y buena sombra (Pino del Puerto);
por las pronunciadas pendientes de tierra suelta, eludiendo zonas arbustivas cerradas,
hasta la pista que traíamos;
mas adelante se interna entre campos de cultivo,
hacemos un alto para admirar un pino monumental de inmensa cuerda y buena sombra (Pino del Puerto);
pasamos bajo un pequeño y frondoso pinar
junto a una de las Casas del Puerto,
una hermosa higuera toma protagonismo por la dulzura de sus higos y nos dispersa;
giramos a la derecha,
dejando atrás las ruinas de la Casa de Don Virgilio,
para llegarnos a los coches.
Nos desplazamos seguidamente a Casas Nuevas donde nos espera un suculento asado en el comedor del Bar Teresa.
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