Playazo-Casa de las Norias-Torre de Los Alumbres-Minas de oro de Rodalquilar-Cortijo del Fraile-Collado de las Cuevas Ortiz
Salgo pedaleando por la pista paralela a la playa,
con
viento que tumba palmeras
cruzo la Rambla del Playazo;
bordeando Cerrico Romero
(139 m)
accedo a las dos norias rehabilitadas, provistas de dos grandes ruedas,
una horizontal movida por una palanca de la que tira una caballería, otra vertical
que engrana con la primera y lleva colgada una maroma con arcaduces (jarros de
barro) para sacar agua del pozo.
Las norias de sangre se utilizan en lugares
donde el agua se encuentra cerca de la superficie, sus pozos son alargados y
casi siempre rectangulares.
Los sistemas hidráulicos y las técnicas de cultivo como
formas de aprovechamiento, han tenido presente los pequeños acuíferos bajo el
cauce de las ramblas, la extracción, acopio y distribución de agua mediante
norias, aljibes y acequias, que permitieron la supervivencia de pequeños
huertas.
Tradicionalmente se cultivaban cereales en las paratas con balates y
se plantaban algún olivo, almendro, higuera o algarrobo, estabilizando el
talud;
a veces se dedicaban a comercializar las Agaves sisalanas, con la fibra
de sus hojas procesadas se fabrican cuerdas, cordeles, sacos, telas y tapetes.
Retomo la pista
pasando delante del Cortijo de Las Norias,
después, por la alberca de la Torre de los Alumbres
y al Castillo de Rodalquilar,
le echo un vistazo a su Torre de
Los Alumbres, construida en 1509 para la defensa de la mina de alumbres de
Rodalquilar, ante los numerosos ataques de piratas berberiscos;
es una torre
de cantería labrada, de planta cuadrada, de unos 14 m de alto, rodeada de una
pequeña muralla con torreones circulares;
abandonada en 1555,
hacia 1590 fue
convertida en la cárcel de Cabo de Gata.
A mediados del siglo XIX, sirvió como
alojamiento para los torreros destinados en la vecina torre del Cerro del Lobo.
Empujando la bici un corto tramo, cojo la pista encementada
hacia la Cortijada de La Ermita con los restos de una torre;
giro a la derecha
en el Cortijo de La Noria hacia la carretera;
me encuentro en la caldera
volcánica del Valle de Rodalquilar; rodeo la población ascendiendo junto al
Jardín Botánico el Albardinal,
debe su nombre al albardín, planta similar al esparto, perfectamente adaptada a
las duras condiciones de sequía y elevada salinidad de estos suelos, junto a azufaifos
y palmitos.
Asciendo
sobre el Centro Geoturístico Ecomuseo La Casa de los
Volcanes,
para adentrarme en las instalaciones mineras de Rodalquilar,
adquiridas por la Junta de Andalucía al INI en 1991.
Las minas de alumbre, se explotaban en trincheras a cielo
abierto (tollos), protegidas por un sistema defensivo cuya pieza principal era
la Torre de los Alumbres. En 1883 se descubre oro en la mina de Las Niñas (Barranco
del Lobo); el cuarzo aurífero se enviaba a Mazarrón al no disponer de
fundición.
En 1915, en la mina María Josefa, el oro aparece en estado libre,
posibilitándose su extracción a pie de mina, provocando la primera fiebre del oro entre las distintas
empresas; construyen plantas de amalgamación por mercurio para la obtención de
oro: la planta Abellán (Barranco de la Felipa) y la planta María Josefa (Cerro
de la Cruz).
La empresa Minas Rodalquilar S.A., de capital vasco y dirección
británica, construye en 1931 la moderna Planta Dorr obteniendo oro por el
proceso de cianuración; esta planta empleó a 250 trabajadores que movilizaban
20.000 tm/año de mineral aurífero, llegándose a producir 242 kg de oro en 1935.
En 1936 las minas son incautadas por los mineros y en 1941 son nacionalizadas
por el Estado.
El nuevo Estado, dada la práctica desaparición de los
depósitos de oro del Banco de España tras la Guerra Civil y la falta de
divisas, priorizo el aumento de la productividad en 1943 a la Empresa Nacional
ADARO (formaba parte del Instituto Nacional de Industria). En 1956 se inaugura la
moderna planta Denver, diez veces
superior a la anterior y la de mayores dimensiones existentes en Europa; en
1966, tras el cierre de las instalaciones de ADARO, se abandonaron las labores.
El camino de los Albaricoques a Rodalquilar, cambia de
dirección con vistas de la Rambla de las Yeguas
y los pozos mineros;
a mi
izquierda veo una galería
tras pasar un desfiladero;
la siguiente galería,
incluido un túnel,
tiene enfrente el antiguo Poblado minero de San Diego,
una
de las tres instalaciones que poseía la empresa Minas de Rodalquilar S.A. para
la explotación del oro de Rodalquilar,
en él vivían los trabajadores y se ubicaban almacenes, talleres, garajes
e instalaciones auxiliares.
Continuo por la izquierda en el cruce, aparece un aljibe en
el camino que parte por la izquierda;
al pie del Cerro de la Cruz, estudio el Aljibe
de los Coyatos y su abrevadero,
de bóveda alargada, vaso excavado de 5 m de
profundidad y paredes impermeabilizadas, con puerta en el muro de cierre para
evitar accidentes y descomposición del agua.
Paso cerca de las ruinas de la Cortijada del Madroñal;
inicio un acelerado descenso hasta el cruce/atajo
al Campillo de Doña Francisca,
precioso enclave con la mayor concentración de aljibes de dos tipologías,
cisternas (rectangulares y de bóveda, para consumo del ganado)
y tanques
(circulares de cúpula, para consumo humano).
Asciendo progresivamente, con fuerte viento en contra hacia la
Ermita, aljibe y el señorial Cortijo del Fraile,
vallado pero no
restaurado;
construido por los frailes dominicos en el siglo XVIII,
con la
desamortización pasó a manos privadas en 1836,
fue también escenario de
los hechos que inspiraron a García Lorca “Bodas de Sangre” y el rodaje de muchísimas
películas,
la más famosa, “El bueno, el feo y el malo” es una obra de arte del
“espagueti wester” y parte de la Trilogía del Dólar.
En la parte trasera se
encuentran la casa del pastor, cochineras, cuadras, patio, horno y la era.
Prosigo hacia unos olivos monumentales,
donde se aprecian
los balates, muros de “piedra seca”, que soportan porciones de tierra con los
que se nivela el terreno, garantizando que la lluvia fertilice el terruño, en
vez de erosionarlo.
La pista paralela a la
Cañada del Fraile,
cambia de dirección por el Barranco de la Escarigüela enfilando
a la Cortijada del Hornillo;
cruzo junto a una era,
encuentro el camino cortado
por las pasadas lluvias;
por la Cañada de Montano hasta su cortijo, será arduo
el pedaleo pues la pista ha desaparecido en buena parte;
hago un alto,
disfrutando del paisaje virgen que rodea el semiderruido Cortijo de Montano,
ejemplo
de arquitectura tradicional de la zona: casas de gruesos muros, pequeñas
ventanas, cubiertas planas y encalado blanco.
Ahora cumple una función
ganadera, corral de rebaños y descansadero de cazadores.
Continuando con el ascenso,
alcanzo el cruce con la pista
asfaltada; por la derecha, desde el Collado de las Cuevas Ortiz,
asoma a un
balcón paisajístico precioso de los valles de El Granadillo y Las Hortichuelas;
los restos de un coche despeñado, la pendiente acusada y la belleza del entorno
con múltiples covachas,
aconsejan descender despacio.
Salgo a la ALP-208 a las
Negras, tuerzo en dirección Rodalquilar para entrar al Playazo,
dando por
concluida esta ruta que nos habla de adaptaciones al medio y apasionantes historias
mineras o cinematográficas.
Descargar track
Descargar track
La huella de la romaniAcion sigue ahí
ResponderEliminar