Accedemos a Benízar por la B-30, desde la C-3211 (Región de Murcia) o CM-3217 (Castilla la Mancha), aparcamos enfrente del Restaurante El Manta.
Partimos 7 miembros del grupo Pedaleando por La Vida
hacia la aldea de Otos,
poco antes del Km 14,
dejamos la carretera por pista asfaltada al Cortijo de Las Nogueras;
a partir de aquí por suelo de tierra, cortamos un ramblizo y comienza una contundente subida,
con algunos tramos encementados o de piedra suelta, que nos hará descabalgar un par de veces.
hacia la aldea de Otos,
poco antes del Km 14,
dejamos la carretera por pista asfaltada al Cortijo de Las Nogueras;
a partir de aquí por suelo de tierra, cortamos un ramblizo y comienza una contundente subida,
con algunos tramos encementados o de piedra suelta, que nos hará descabalgar un par de veces.
Pasado el cruce, coronamos un collado (1219 m), descendemos cortando la Senda de la Valera,
para ascender por su Calar;
enlazamos con la pista de la Cantera, perdemos altura, hasta entroncar con el camino del Rincón de los Huertos donde tomamos el plátano.
La pista asfaltada comienza bordeando Molata de Charán (1416 m),
en el primer cruce con curva,
seguimos rectos por pista en desuso,
muy rota y con surcos profundos, a medida que avanzamos hasta las ruinas de un cortijo, donde nos reagrupamos cerca de la carretera, resolviendo un pinchazo.
Pedaleamos un tramo por la carretera Benízar-Sabinar,
desviándonos por pista en el Collado Quintero; seguimos por la izquierda en el cruce, comenzando una durísima ascensión,
que nos obliga a empujar la bici a ratos;
las vistas son magníficas y el aire puro;
la pista transcurre entre el Puntal de la Atalaya (1361 m) y el Calar de Pinos Blancos (1362 m) por la Sierra de la Muela.
Giramos por la izquierda en el cruce, cambiando de dirección en abierto descenso,
la pista destrozada por la escorrentía y cuajada de pedruscos, nos obliga a ir equilibrando la bici, a medida que se va complicando la pendiente de bajada.
Otro cambio de dirección junto al nacimiento de Barranco del Bañador, nos acerca a su cortijo semiderruido,
donde la pista mejora notablemente mientras bordea Los Calaricos,
haciéndonos pasar las oliveras del Collado de Benízar (1021m),
antes de sacarnos al asfalto de vuelta a los vehículos y al restaurante,
donde seguimos esforzándonos,
esta vez para dar buena cuenta de un sabroso asado de cordero.
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