Acceso: Por la CM-2015 desde Villalba de la Sierra o Tragacete
en nuestro caso, aparcamos en el Centro de Interpretación de la Laguna de Uña (40°13'28.77"N 1°58'30.70"W).
Partimos temprano con los efectos de la helada nocturna,
blanqueado
y con neblina matutina, el paisaje transformado nos ofrece imágenes
espectaculares.
La pista que seguimos hacia la Escuela Regional de Pesca Fluvial
y
la Piscifactoría Rincón de Uña, nos conduce al inicio del ascenso hacia el
Escalerón;
progresamos por sendero con tramos revirados, superando cornisas alcanzamos
una fuente
y la zona de monolitos del Escalerón.
En una amplia balconada
entramos en el Camino de Uña,
la
pista nos lleva desde el Mirador de El Refrentón
al Barranco del Secarrado
donde cambiamos de dirección;
entre pinos negrales encontramos los restos de
una vaca muerta
y setas congeladas;
en el Puntal de la Tola me acerco a otro
mirador natural;
vamos ajustándonos a la orografía que imponen los cortados del
Monte Cerro Cantalar;
el siguiente mirador sobre un escarpe calizo es el de
Rincón de Uña;
aparecen los bojes (Buxus sempervirens) concentrados en el
siguiente tramo, acentuando su color desde el verde al rojizo;
iniciamos el
descenso a la Muela por el encajonado y sombrío paso de la Raya.
Después de bajar con precaución el sendero rocoso de acceso,
comemos los bocadillos con las apabullantes
vistas que nos ofrece este enclave de privilegio
y el añadido de los majestuosos
buitres dejándose llevar por las corrientes ascendentes de aire.
Recorremos la
cornisa o “raya”
hasta darnos la vuelta por falta de paso, ya que la erosión se
lo toma con mucha calma;
las plantas rupícolas,
al igual que los buitres,
tienen
aquí un paraíso.
Aunque se puede bajar a Uña por sendero señalizado oficial,
volvemos
sobre nuestros pasos,
para seguir avistando buitres
por la pista Senda del
Buitrino
hacia el desvío
al paso-cueva de las Catedrales;
lo hacemos
descendiendo por dos rústicas escaleras de madera, entre cerradas paredes,
ahora mojadas y resbaladizas por las lluvias caídas, lo que representa un
peligro de caída que solventamos con prudencia y pericia.
La valoración de la
ruta con este tramo cambia de fácil/moderada a difícil; no han de hacerla quien
no tenga experiencia en estas lides o vértigo.
Una vez en el bendito y rocoso suelo,
queda superar los
pasos tomados por las zarzas,
descender por la traza senderil de la Solana de
Uña,
cruzar el Arroyo de la Madera ya por pista ancha y buena,
entrar desde el puente
del canal Uña-La Toba
hacia semi-abandonada central hidráulica,
bordear la
Laguna de Uña
entrando en el pueblo por su lavadero
a la salida. Pongo fotos de los mismos lugares a diferentes horas como contraste para apreciar la
belleza del lugar.
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