Accedemos desde la Autovía Murcia-Albacete, Salida 121 BA Fortuna y Archena; desde
Archena hacia Villanueva (MU-522) y Ojós, pasado el túnel en el Salto de la
Novia, torcemos por pista a la derecha aparcando en el Área del Soto.
El Valle de Ricote o valle morisco se extiende por los
municipios de Cieza, Abarán, Blanca, Ojós, Ricote, Ulea, Villanueva y Archena;
sus
sistemas de azudes, acequias, azarbes, norias, y aceñas ha perdurado durante
siglos, también lo han hecho algunas construcciones civiles como almazaras y
molinos harineros;
su denominador común, el Río Segura (en latín Thader, en
árabe Oled Al abyad -río blanco-) ha dotado de fértiles huertas a su paso por
este precioso valle.
Ojós reúne una gran cantidad de obras hidráulicas y por ello
se le considera un Museo Vivo del Agua.
Nos disponemos a realizar un paseo entorno al rio y a ver la
reciente tirolina de Ojós. Partiendo del área recreativa río abajo,
cruzamos
por el puente pasarela,
recorriendo el carril que remonta el río Segura por la
Cuna,
pasamos por el puente colgante al otro margen,
llegando por pista
al puente
sobre la estación de aforos en Ojós,
lo cruzamos para continuar río arriba por
el Paseo de las Palmeras, da acceso a terrenos aterrazados de frutales (limoneros,
naranjos y melocotoneros), entre las moreras, palmeras y pinitos que jalonan el
camino.
Con los vallados recientes de la huerta, no veo la forma de
acceder a la Noria de la Rivera, al igual que pasa con la de la Coya al ser de
dominio particular; pasamos frente al paraje del Arco,
donde se hallan las
instalaciones de la central de impulsión del Azud de Ojós, perteneciente a la Mancomunidad
de Canales del Taibilla.
Acaba la pista en un cañaveral,
pudiendo optar por seguir
el sendero, o auparnos como hicimos nosotros a la Acequia Ojós-Ulea (al no llevar
niños ni perros),
se unen unos metros más adelante, entonces pasaremos por un
estrecho pasadizo entre dos rocas, bajo las paredes verticales del Estrecho del
Solvente en la Sierra del Chinte.
Adherida a la pared rocosa aparece una Dianthus broteri, que
no es sino una clavellina o clavel de monte
y también parte de la estructura que
compone la Tirolina de Ojós,
seguida de su puente tibetano,
ambos construidos
por la empresa abaranera Ariño Gómez Hermanos;
la tirolina de 100 metros
atraviesa el río Segura a 20 metros, alcanzando en su descenso los 35 km/h. Para
reservas se puede llamar a los siguientes teléfonos: 606304373/639667074.
Casualmente
se disponían a instalar los preparativos para comenzar a disfrutarla,
mientras tomábamos
la fruta, observando las paredes del Alto del Solvente donde colgaban un grupo
de ferrateros.
Seguimos en ascenso por la pista, eligiendo la opción de la
derecha (por la izquierda subiendo escalones se sale al mismo sitio evitando un
corto tramo de carretera), transitamos por el inexistente arcén izquierdo,
aunque no pasan vehículos, vamos avanzando con un ojo puesto en la carretera,
ante la ausencia de paso fuera de la misma; miramos con envidia alguna casa de
huerta
antes de bajar al canal Ojós-Villanueva en el paraje de la Era,
para
visitar su Noria de la Era, Noria de Ojós o Noria del Olivar,
demasiados
nombres para una noria ruinosa, oxidada e inactiva desde el siglo XIX.
Como me
encuentro junto a una de las casas más vistosas del valle por sus tintes
moriscos,
entre “susurros de agua y aromas de azahar”, le echo un vistazo antes
de volver por donde vine, ya que la salida -por privada- esta vallada.
Enseguida dejamos la carretera, para penetrar por un
corredor florido y huertano,
avanza paralelo al río entre huertos de limoneros
hacia Ojós;
desde su lavadero
parte un estrecho callejón que bordea la
población,
la abundancia del entorno vegetal es enorme: cilindros,
pereteros,
nispereros, ciruelos, higueras, naranjos y limoneros
nos acompañan, mientras
rebasamos el núcleo urbano y llegamos en la Huerta de Abajo a las ruinas del Molino
harinero,
antaño perteneciente a la encomienda santiaguista de Ricote;
tras un
siglo de moler harina, se transformó para picar esparto; en la década de los 80
se entuba la acequia y queda abandonado a su suerte.
Continuamos en ligero descenso por carril encementado,
que
sirve como rambla y para el soterramiento de los cables de alta tensión, hacia una
estación eléctrica ubicada cerca del aparcamiento,
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