El Jarral-Cañada Real de la Sierra del Oro-El Madroñal-Las Ermiticas-Sendas del Moro y Zigzag-El Menjú
Nos dirigimos por el Puente de Nicolás
a la orilla de
enfrente
donde se halla Presa de Los Almadenes en el paraje del Jarral;
en
verano se convierte en una playa fluvial y parte del descenso del río
Segura entre Cieza y Blanca;
continuamos por zona de huertos en el Soto de
Damián,
para cruzar la Rambla de Benito
poco antes de su incorporación al
Segura, vamos cruzando en ascenso progresivo y pronunciado la población Virgen
del Oro por la Cañada Real de la Sierra del Oro.
Cortamos el Barranco del Malojo rodeando por su casa
tomamos
en subida desde el cruce hasta desviarnos por la derecha en el siguiente, vamos
atentos ascendiendo para realizar la primera trialera con algunos tramos
inclinados y piedra suelta; nos saca a la pista de El Madroñal,
la seguimos en
ligero ascenso para realizar la segunda trialera mas descafeinada,
nos hace
desfilar por delante de la Casa del Madroñal,
bajando rápido debemos frenar en
el primer cruce, cambiando de dirección por nuestra derecha hacia el Alto de
Los Prados; llegados a la pista principal tiramos por la izquierda ascendiendo al
collado del Cabezo de la Carrasca (482) y del Molinero (435), con la figura del
Almorchón (773 m) erguido en la lejanía
y a nuestra izquierda la Sierra del
Oro.
Descendemos por la pista para coger la tercera senda
trialera, rápida y divertida por Las Ermiticas,
al final salimos al asfalto en
Puente Meco; descendemos por la carretera Caravaca-Cieza atentos a tomar un
sendero paralelo
que nos deja al inicio de la Senda del Moro
donde tomamos el
mantente; pedaleamos en progresivo ascenso con vistas de Cieza
y a media ladera
del Cerro de La Atalaya;
en el cruce cuatro caminos descendemos por la senda del
Zig-Zag.
Ya en la pista proseguimos por la izquierda, descendiendo
por la Cuesta de las Cabras, cruzamos la Acequia de La Endelma
y entramos en el
viejo molino harinero de Teodoro del año 1507,
en su planta baja se realizaban
los procesos de limpieza del trigo y la molienda para obtener sémola y salvado,
la primera planta cuenta con el cernedor y el sasado (sistema de aspiración
eliminaba las pequeñas partículas de salvado de las sémolas)
y en el semisótano
el acueducto o cárcavo (obra subterránea a modo de pozo). El Ayuntamiento de
Cieza lo reconvirtió en museo y huerto-escuela, ahora es punto de información
turística, además de sala de recepción y control de accesos al Complejo Rural Atalaya.
Paralelos al río
pasamos junto al Puente de Alambre,
construido probablemente a mediados del siglo XIX con la finalidad de comunicar
los parajes del Fatego y del Argaz, las riadas de Santa Teresa en 1879 y la del
Obispo en 1946 lo destruyeron;
sin cruzar el río continuamos por su ribera
hasta
que se convierte en sendero,
más adelante se halla el Azud del Menjú.
El Menjú es
una antigua y abandonada finca señorial, con jardín botánico incluido,
ubicada
junto a una antigua central hidroeléctrica, también en desuso.
Ocupa una
extensión de 5 Ha, que se extiende desde la ribera del río hasta el borde de La
Atalaya, cuenta con tres edificaciones en ruinas: casa de El Menjú donde
residía sus propietarios,
la fábrica de la luz que daba servicio a la Central
Hidroeléctrica y la casa del servicio.
Había plantas exóticas, un paseo
con columnas de mármol, estatuillas, varias placetas, un reloj de sol que
estaba construido en el suelo con azulejos, una balsa con una estatuilla
denominada la Diosa del Amor (Aretusa) ahora decapitada por los vándalos.
A lo largo de los años el río Segura a su paso por el paraje
de El Menjú,
ha visto navegar por sus
aguas desde una góndola de grandes dimensiones, hasta una rústica plataforma
que se impulsaba “a brazo” por el barquero, y que servía para visitantes y la
familia que cuidaba de la finca pasara desde la carretera de Abarán.
Dejamos la finca pisteando por los huertos ciezanos;
damos
un corto rodeo para ver la Noria de Candelón, metálica con 6 metros de diámetro en la acequia
Charrara, da agua a una balsa que riega 15 tahúllas; fue construida en
1850 y remodelada en 1968, respetando la estructura original.
Las norias son de la época árabe, aún se usan elevando agua
a canales más altos para regar tierras en las dos orillas del río. Con la
creación de las villas rústicas romanas, se mejoran las infraestructuras de
regadío procedentes de las actuales acequias,
sin embargo hasta el siglo XIX no
se crean la mayoría de las norias de la zona, además de una acequia nueva y
mejora de las existentes, todo ello impulsa la industria del esparto cuyo
declive ocurre en los años 60, debido a la introducción de las fibras
sintéticas en el sector cordelero.
Cruzamos el puente de hierro,
para continuar la pista por la
orilla del Segura, pasando el Parque Municipal de Abarán llegamos a la playa
del Jarral, donde bajan por la presa unas zodiac de las empresas dedicadas al
rafting;
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