Salgo pedaleando desde el Auditorio Víctor Villegas de
Murcia,
desde el carril bici cruzando la pasarela Manterola,
rodeo el antiguo Cuartel de Artillería, complejo
militar rehabilitado y restaurado por el Ayuntamiento de Murcia en pabellones
diversos, museos y sede de
instituciones.
Cruzo la Carretera de Alcantarilla y las vías del tren, para
enlazar con el Camino de Los Partidores
junto a la Acequia Barreras hacia Aljucer.
Desde Aljucer hacia el Palmar, cruzo la autovía
para seguir
por la margen izquierda del Reguerón;
el Canal del Reguerón fue construido en
el siglo XVIII, para trasladar las riadas del Guadalentín aguas abajo de la ciudad
de Murcia, discurre por la zona sur de la Huerta de Murcia, desemboca en el río
Segura junto al Rincón de Villanueva, entre Beniaján y Llano de Brujas.
Se acaba el asfalto y aparecen las escombreras; paso bajo de
la autovia (A-31),
cambio de margen,
cruzo por el puente de Sangonera la Verde
para
volver al margen izquierdo; sigo bajo el siguiente puente
entrando en zona con
cultivos de olivos y plaga conejera;
la pista vuele al margen derecho,
separándome un trecho del río Guadalentín (en árabe Oued al Iznain, “segundo
río”, o Oued al Lentin, “río de fango”), también conocido como Sangonera; poco
más adelante puedo cruzarlo, para continuar a la izquierda por pista asfaltada.
En el primer cruce
giro a la derecha, hago una larga recta, para iniciar la vuelta en el siguiente
cruce hacia las Casas de Puche;
de la cercana base aérea de Alcantarilla, se
dispone a aterrizar un “Aviocar” C-212 (designado militarmente como T-12B) asignado
al 721 Escuadrón del EA, en la sede de la Escuela Militar de Paracaidismo
Méndez Parada;
este avión de transporte ligero fabricado por CASA (C)- 212= 2(motores)12(pasajeros),
ha resultado de una fiabilidad y prestaciones, que dado el recorte en los
presupuestos de Defensa, tras 40 años de servicio, sigue en la brecha.
Ha
participado en la evacuación del Sahara español en 1975, sirviendo en escenarios
tan dispares como Namibia, Guinea Ecuatorial o Los Balcanes.
Llego al límite de la zona militar
para ver despegar a otro
Aviocar, con paracaidistas a bordo según pude observar,
cuando saltaron en
grupos de cuatro en dos pasadas;
despegan un mínimo de cuatro veces al día,
formándose al año a 1000 alumnos en 14 cursos (18.500 saltos).
Salgo de la zona desde la carretera que la circunda,
evitando un rodeo por una abertura en la valla,
voy a cruzar el Polígono Oeste
para dirigirme hacia Era Alta; tuerzo a la izquierda por la Acequia del
Turbedal, pasando por Los López y la Ermita de Burgos;
siguiendo la Acequia
Mayor
llego a la Ermita de San Antonio
y el Camino de La Boquera.
Cruzo la carretera a la Raya, para girar en Puebla de Soto
por el Camino de la Olma,
debido a un enorme olmo que daba sombra al cauce del
Azarbón (entubado). La grafiosis y una tormenta, la derribaron (los huertanos
aplican el femenino para los árboles) en los años 70; el tocón fue trasladado
al jardín del Malecón; afortunadamente queda en el paraje, uno de los diez mejores almeces de España,
recuperado tras poda sanitaria, mide más de 18 m y
casi 4 m de perímetro troncal;
además la mejora incluyendo la rueda del molino
de borra (para la fabricación de trapos) que aún se conservaba enterrado a los
pies del árbol, funcionaba con una máquina de gas pobre marca Körting del año
1913.
La chimenea de la fábrica de conservas vegetales, Sucesores
de Rafael Pérez Orenes, se recorta en el cielo, desde sus ruinas me acerco a la
mota del río para retornar,
cruzando el siguiente puente por el carril bici
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