conjunto compuesto por la basílica barroca de cúpula magistral y
portada churrigueresca, la antigua casa-torre de los Loiola, lugar donde nació
San Ignacio en 1491, la residencia (1713), el antiguo convento y otras
dependencias de interés.
Desde el lateral derecho de la basílica,
partimos pedaleando
por el carril bici o bidegorri,
en llano y concurrido paseo por el valle del Urola;
entramos en Azkoitia por el
polígono industrial Baztarretxe junto al río hasta su entubamiento, giramos a
la izquierda ascendiendo desde la rotonda, por los jardines de Trenbidearen
Zumardia, veremos la escultura en acero Euskal Herriari (1996), última obra de
gran formato creada por el fallecido artista Jose Manuel Alberdi Elorza ;
a continuación pasamos delante de la antigua estación de Azkoitia, ahora
biblioteca municipal, ampliada mediante un añadido recubierto de traviesas de
ferrocarril.
Una señal nos avisa que debemos bajarnos de la bici un corto
trecho, cruzando la estrecha calle peatonal de una zona comercial;
desde el polígono
industrial Umansoro Diego Aita, volvemos a pedalear fuera de tan humanizado
paisaje, cambiando el asfalto por gravilla compactada,
pasando por zona de
frutales, huertas, caseríos y una cascada.
Mejoran las vistas aún más, al
cruzar el puente sobre la carretera GI 631 y el río Urola (nacimiento en las
faldas del monte Aitzgorri, desembocadura en Zumaya y longitud 59 km).
Al principio vamos rectos atravesando sucesivos túneles, Azpiazu,
Ezkidi, Igaran, Etxebeltz,…
La antigua vía se adentra en una garganta, discurre
en una continua sucesión de pasos aéreos y subterráneos iluminados, en algunos
el suelo hormigonado se encuentra mojado por las goteras.
Vemos la decrépita estación de Aizpurutxo,
cruzamos otro
túnel de los 19 totales;
elevados respecto a la carretera, (toda la ida será
subiendo), vemos abajo en las casas de Aizpurutxo, la Ermita de San Agustín;
predomina el pinar en adelante,
la vía verde se alinea con la carretera, pasamos
por la depuradora y un antiguo apeadero,
entramos en el paseo asfaltado que,
sobre el trazado del antiguo ferrocarril, viene desde la localidad de Urretxu,
donde nos damos la vuelta.
El Ferrocarril del Urola (36 Km), se inauguró el 22 de
febrero de 1926 por Alfonso XII, propició el crecimiento y desarrollo económico
al conectar pueblos y fábricas;
su baja rentabilidad como tren de viajeros, ya
que eludió la zona industrial de Azpeitia,
sumado a la competencia de la
carretera, como la empresa de autobuses "La Guipuzcoana",
propició su
cierre a mediados de la década de 1980. Fue el destino de muchos ferrocarriles
reconvertidos en vías verdes.
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