Rodeamos el Convento de San francisco por la Calle Doña Elvira; los frailes franciscanos iniciaron su tarea en 1576, edificando el convento en la zona del Hospital de San Pedro y la Capilla de la Purísima Concepción,
pero con la desamortización de Mendizábal, fueron expulsados y se vendió el terreno, acabando en manos privadas;
el nuevo propietario destinó el convento a viviendas y posada, alquilando para teatro la iglesia;
de estilo barroco y fue terminado en el Siglo XVIII; en el claustro hay dos pozos de piedra y en la antigua entrada al convento, sobresale el escudo del marquesado de los Vélez;
actualmente sede del Museo Ciudad de Mula y la Oficina de Turismo.
Dejamos a nuestra izquierda la Calle San francisco, sus casas señoriales representan una de las muestras de la arquitectura civil del siglo XVIII; la Casa Pintada, vivienda palaciega de la familia Blaya (1780), destaca su fachada esgrafiada de mármol rojo labrado.
por la Calle San Miguel pasando junto a la iglesia de San Miguel Arcángel, de estilo barroco, realizada entre los siglos XVI-XVIII;
alberga en su interior el patrón de Mula San Felipe Mártir y sus reliquias, el Museo de Arte, la Cámara Santa y su colección de relicarios, cálices y custodias, donadas por familias de Mula
y las Criptas funerarias del siglo XVI,
cuyo sepulcro central en el suelo de la cámara, recuerda el depósito del cuerpo incorrupto de San Felipe, cuando fue donado a la Villa de Mula por los Marqueses de los Vélez.
Entramos en la Plaza del Ayuntamiento con la Torre del Reloj (1806), se empleaba antiguamente para marcar la hora de los riegos;
el Casino de Mula (1741), antiguo granero municipal y la sede del ayuntamiento, una antigua casa solariega del siglo XVII, conserva parte de su carpintería original de cuarterones en los ventanales del Salón de Sesiones y Alcaldía.
La plaza era lugar de compras tanto de artesanía como productos del campo; se concentraba la población para cualquier tipo de protesta, rogativa, fiesta o se realizaban ejecuciones,
además del acontecimiento actual más importante y emblemático, “La Noche de los Tambores” cada Martes Santo, representada por el Monumento al Tamborista.
Subimos por Las Gradas del Carmen
vemos asomando en la zona baja de las fachadas, el relieve del antiguo lienzo de muralla, límite del Barrio Medieval; salimos del casco urbano en ascenso por la Calle Salitre y el Pontarrón, observando arriba los restos de la alcazaba musulmana;
rodeando el cerro donde se asienta la fortaleza,
encaramos un empinado sendero, nos conduce por su cima lomera con grandes vistas de la Huerta de Mula, Sierra Espuña, el paraje de Trascastillo, Embalse de la Cierva, Lomo del Herrero, Sierras de La Muela, Ricote y el Cajal al Castillo de Los Vélez o Fajardo.
Walia |
Queca y Veva |
Castillo medieval-renacentista construido por el Marqués de los Vélez, Pedro Fajardo y Chacón, a comienzos del siglo XVI como forma de someter a la villa murciana de Mula;
porque los muleños le hicieron jurar los privilegios que Fernando III dio a la villa tras su reconquista en 1244;
ante la negativa dictada por los Reyes Católicos y Carlos I de construir nuevas fortalezas en España.
según Nicolás Acero y Abad, el Marqués puso una lápida falsa que simulaba ser romana en la torre del homenaje,
algo que le permitió su construcción sobre el antiguo alcázar musulmán; con los castillos de Vélez-Blanco y Cuevas de Almanzora en Almería, poseía tres el marqués.
El castillo dispone de una torre del homenaje, una nave central con bóveda de cañón, un adosado a la nave y aljibe;
algunas murallas persisten en la actualidad como parte del castillo del siglo XVI, su función era la de proteger los aljibes y el núcleo urbano con las dos parroquias que poseía. Al ser de titularidad privada no abre sus puertas al público.
Iniciamos el descenso por la escalonada Senda del Tiempo;
seguimos rectos en la bifurcación con la Senda del Albacar;
del árabe al-baqqara (ganado vacuno), recorre junto a la muralla el recinto medieval, conocido como Albacar,
la zona Sur faldeando del cerro
Perrete Tierno |
hasta la Calle Paleras;
zigzaguea el recorrido cruzando por delante de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, la más antigua de la zona (Siglos XVI-XVIII), construida sobre una mezquita por orden de Alfonso X, el arco de triunfo de su fachada presenta tres hornacinas con las imágenes de Santo Domingo, San Pedro y San Francisco de Asís;
las capillas laterales muestran las modificaciones y retoques que se realizaron para adaptarlas al gusto barroco, la más destacable es la del Rosario, al igual que los lienzos de "La Adoración de los Reyes" y "La Huida a Egipto", de Gilarte
Transitamos por las Calles Martin Perea y Don Pedro Luis,
rodeamos desde la Calle Boticas el Teatro Lope de Vega,
su origen proviene del 1846, tras múltiples vicisitudes, se vuelve a reformar en 1982, denotando el interés por las representaciones sacras, zarzuelas o escenificaciones populares de los “juegos” fruto de la tradición teatral de Mula.
Adaptado para proyectar cine, con reformas recibidas, incluidas butacas, parqué y señalización luminosa, ha mejorado notablemente.
Desde el Museo de Cigarralejo, Palacio de Menahermosa, con golas de motivos militares en azuletes y fachada de ladrillo;
la portada en mármol de las canteras de Cehegín, símbolo del poderío económico de su antiguo dueño, refleja el cambio al construir las portadas medievales en piedra roja de La Almagra, por esta otra moda posterior;
el museo contiene una profusa colección de arte ibérico; tomamos por la Calle Valmarino,
salimos a la Av. Juan Antonio Perea dejando atrás el Jardín del Paseo
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