Un cartel indicador a modo de bienvenida ya nos indica la
dirección a tomar, por la derecha, siguiendo la pista del Collado de la Madera
PR MU-47 al Collado de Linuesa (3,4 km); la bruma se extiende por los Llanos
del Cagitán,
la Bermeja y la cercana Sierra del Oro; la tenue silueta del
Almorchón, cual aparición fantasmal se yergue en la lejanía;
esta húmeda y
fresca mañana, promete un andar acomodado y una visión diferente de este
patrimonio forestal que representa la Sierra de Ricote.
La pista se hace sendero acompañando un trecho a la Cañada
de Priego,
toma altura progresivamente, realizando un giro al Noreste, apoyado
por lajas y bloques de mampostería encajados a la perfección, a la vez que
adornado de pinos carrascos, matorral mediterráneo, chaparros, lentiscos,
tomillos romeros, enebros y jaras.
Un plegamiento en la orilla del camino llama mi atención, en
su interior una araña ha construido su morada;
llegados al Collado de Linuesa,
vamos atajando en la confluencia de pistas (una de las cuales asciende a la
caseta de vigilancia,)
para tomar poco más abajo por la izquierda el sendero
del Collado de la Madera;
setas (Amanitas Ovoides)
y escarabajos (Blaps)
dan
vida a nuestro caminar, enriquecido con la abundante vegetación que verdea hasta
brillar por la lluvia reciente;
zigzaguea un tramo nuestro camino coincidiendo
con la Vereda del Puerto, antes de irse abriendo, a la par que ascendemos para
alejarnos de la Rambla de Ambrós y Piedra Lisa,
hasta encajonarnos en el Collado
de la Madera (767 m)
que nos coloca al otro lado del valle.
El sendero de agradable caminar
va perdiendo altura ajustándose
a la orografía,
acercándonos a Piedra Negra a base de giros;
con tramos de
indudable belleza
bordeamos una cota,
en la bifurcación
seguiremos por la
izquierda de vuelta,
sin descender hacia la Casa Forestal de Cuesta Alta, el
sendero se hace pista curveante
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