El Sabinar-Los Estrechos-Cdo. Serrano-Bancales Llanos-Casa de la Sazadilla-Cortijo de la Mata-Cno. de la Solana
Salimos 8 integrantes del grupo “Pedaleando por la Vida” por
carretera hacia Nerpio, para coger enseguida una pista en desuso, hacia el
Calar de la Santa por Las Hoyas de Campuzano.
Hacemos foto de grupo en una zona
de canteras abandonadas,
enlazamos con el antiguo Camino de Nerpio y las
Cañadicas del Calar.
Antes de llegar a la aldea de Arroyo Tercero, descendemos
a
cruzar el arroyo del mismo nombre;
ascendemos a la pista del Cortijo de la
Umbría,
volviendo a vadear Arroyo Tercero de nuevo;
salimos llenos de barro y
agua a la carretera a Nerpio.
Tomamos el desvío hacia Los Estrechos (Calarico del Hambre, un
desfiladero con carretera),
dejamos atrás el cortijo del Mojón;
en la unión de
la Rambla de La Rogativa con Arroyo Blanco,
giramos por la carretera que va a
la Ermita de La Rogativa, pasamos por el área recreativa de la Fuente de los
Almeces.
Torcemos por pista
cruzando la Rambla de la Rogativa, para
iniciar un duro ascenso al Collado Serrano;
nos tomamos junto a su cortijo el
mantente con vistas de Peña Jarota, Sierra de Taibilla, Revolcadores y Cerro
del Selvarejo.
Rodeando el cortijo, continuamos por el sendero trialerillo
que
nos aboca al Barranco del Bodegón;
accedemos a una pista bajo Cerro Flojo, para
cruzar seguidamente la Rambla del Arroyo Alazor.
Pedaleamos embarrados entre los Barrancos de la Espinera y Matacabras; cortamos este último para llegar a los Bancales Llanos;
descendemos por
sendero trialero vadeando Arroyo Blanco;
ascendemos por las ruinas de su
cortijo,
para salir al tramo asfaltado del Calar de La Santa al manantial de
Cantalar.
Lo dejamos por la pista
hacia las ruinas del Molino de Manta;
cansados y embarrados
cortamos el Barranco de la Sazadilla y seguimos pisteando
hacia la coqueta Casa de la Sazadilla;
subimos empujando las bicis por la senda
que enlaza con la pista al precioso Cortijo de la Mata;
delante del mismo,
parte una pista en desuso
que corta el Barranco del Tornajico; pasado un
ramblizo
llegamos a la Casica de Gibaroya;
tiramos para el Cerro del Pozo
cruzando el Arroyo del Puerto y cambiando de dirección por el Camino de la
Solana.
Los caminos embarrados
y con grandes charcos,
nos van
frenando enlazando las curvas con la prudencia que la ocasión exige, aunque
nuestros estómagos no piensan igual y exigen premura, máxime cuando
distinguimos el Calar de la Santa.
Por fin salimos al asfalto, torcemos a la
derecha de vuelta al Sabinar,
pasamos en curva el Cortijo de Martin Herrero
entre
bosque de Sabinas albares
llegando al punto de salida.
Rematamos la faena
comiendo mejor que bien en el restaurante El Cortijo del Campo de San Juan;
si
alguien echa de menos el “robo” de tanta tierra en la zona, han sido nuestras
bicis las que han “tomado barro” hasta hartarse y no queremos que nos “salpique”
semejante latrocinio.
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