por el
carril bici dirección Orihuela; cruzo por el primer puente, sigo la mota
hasta torcer por pista a la derecha (ir atentos),
transcurre paralela a la mota
un trecho,
continuo en el cruce a la derecha (Camino Azacaya), después por la
izquierda rodeo una casa; giro a la izquierda por el Carril Serranos;
a
la derecha por el Camino Barca llego hasta la rotonda para Beniaján,
tomo, sin entrar en ella, la pista asfaltada por la izquierda, acabo por
cortito sendero final junto a la acequia.
Rodeo una especie de antigua discoteca veraniega (Poseidón),
donde antes había un avión y un viejo autobús de dos pisos;
desde Travesía
Rincón
y Calle Perillos tuerzo a la derecha por carretera unos cien metros,
para girar a la altura de una nave comercial en Los Saladares, donde se
anuncia el restaurante Antoñín y el campo de fútbol de Torreaguera; busco por la derecha carretera paralela a la vía y la sigo varios km, para
dejarla por derecha al Camino del Reguerón.
Al final hay que rodear tomando el Camino de Los Garcias y
Carcanox, pasando el alto puente para seguir por la Orilla del Azarbe;
voy atento a tomar por la Huerta y salir a la Vereda de La Basca; paso bajo las
vías y cojo un sendero,
cruzo la carretera y el Puente de La Basca,
para
seguir a mi izquierda por el carril bici en dirección a Murcia.
Pasado Rincón de Soto, dejo el carril bici
para ver
la Ermita Vieja, construida en el siglo XVI sobre las ruinas de un edificio
árabe, es una de las ermitas más antiguas de Murcia;
tuerzo a la izquierda
(Vereda de los Puentes) y luego por la derecha (Calle Ermita Vieja)
hasta la
carretera de Santa Cruz. Por la izquierda busco la primera carretera a la
derecha (Vereda del Catalán), avanzo recto al Palacete de La Seda.
Antiguamente allí se cultivaba la vid, después se constituyó
como fábrica de hilado de seda, donde los huertanos de Santa Cruz y las
pedanías de alrededor llevaban los capullos del gusano, siendo una parte
importante de la economía de la zona.
La fábrica cerró tras la llegada de sedas industriales en
los sesenta. En los años 90 fue restaurado y ahora es una Hostería Rural con
restaurante de lujo.
Se trata de un amplio edificio de cuatro plantas
construido en ladrillo, recuerda en estilismo a las masías catalanas, con una
torre semejante a la de los palacetes de la Huerta de Murcia y 36 balcones.
A la derecha por la Acequia de los Giles y por la derecha al
Carril de los Rubiras; continuo recto por la Calle Bando de la Huerta,
enlazo a la derecha por el Camino Merancho e izquierda por Carril Mota del
Gallo.
Hago un tramo corto por la concurrida carretera MU-303,
antes de girar por la izquierda y rodear las instalaciones de JGH Logística (ya
sin asfalto),
tuerzo a la izquierda por la Calle Ntra. Sra. Ángeles;
la
Torrijos y Vereda Cayuelas me permiten rodear El Esparragal.
Por la calle San José dejo atrás La Cueva,
cruzo la
carretera y enfrente por el Carril Campillo
con final por sendero con maleza y
basura accedo a Monteagudo.
Tomo la calle de enfrente a la izquierda del jardín (se
anuncian unas escuelas), voy subiendo rodeando por la izquierda el cerro,
hasta el cruce con ascenso final hasta la base del Cristo de Monteagudo;
el
Corazón de Jesús de Monteagudo, erigido y financiado por la sociedad
murciana en 1926.
En 1936, a pocos meses
del inicio de la guerra civil, se derruyó para rehacerlo en
1951 con 14 m de alto.
En su base, el Castillo
de Monteagudo, vigilante de la frontera de orígenes islámicos. El responsable
de su construcción, Muhámmad ibn Mardanís, nombrado por los cristianos como el “Rey
Lobo”,
militar andalusí y emir, se opuso a la invasión de los almohades, que a
pesar de su poderoso imperio, no pudieron conquistar por completo sus dominios
hasta que murió. Polémico personaje que no dudó en contratar mercenarios, pagar
tributos (parias) o asociarse con reyes cristianos; gobernó Valencia,
administró Almería y León, extendiendo sus dominios a Jaén, pero lo más
importante para Murcia fue que potenció la artesanía y el desarrollo agrícola, mejorando
la compleja red hidrológica (acequias, azudes, norias, acueductos). Se
levantaron residencias, palacios y fortalezas como símbolo de su poder estatal como
el palacio del Castillejo de Monteagudo,
al que me dirijo fuera de track ya que
conviene visitarlo realizando la ruta senderista propuesta por el ayuntamiento
(PR-MU 37).
Este antiguo recinto palacial andalusí disponía de bellos
jardines, grandes estanques y una extensa superficie cultivada;
formó un conjunto
residencial junto a la también próxima fortificación de Larache, entre los
cuales se dispusieron una serie de albercas.
De peor defensa que el Castillo de
Monteagudo, fue camino de su ruina,
al perder interés en una tierra de
constantes luchas, acabando en manos privadas y con balsa de riego en su
interior.
Hay un plan de expropiaciones en marcha que afectan al patrimonio
histórico de Monteagudo, donde se pretende recuperar el legado del Rey Lobo
entre otras actuaciones urbanísticas.
Vuelvo para seguir
desde el cruce a la derecha
por el Camino Almazara, en la curva
hago un recto para atajar por senda al Camino Castillo de Larache (donde se halla la Almunia
de Larache).
No está del todo claro que fuese mandada construir por el Rey Lobo,
pudo ser de época posterior, para servir de morada a gobernadores almohades o
emires hudíes,
(datado en el siglo XII, bajo el dominio del rey Lobo, algunos autores retrasan un siglo su edificación).
El camino bordea el recinto,
nos muestra una bella estampa
huertana,
mi destino es una gran alberca árabe que se halla junto a un
cartel indicativo de la ruta de los Castillos de Monteagudo.
Una alberca (del
árabe birka; depósito de agua o estanque) es una construcción hidráulica
excavada en el terreno o fabricada con ladrillo, tapial o mampostería. Su
función es la de almacenar agua para regadío, usos ornamentales o de recreo.
La
alberca de Huerto Hondo, con 58 metros de lado, que seguramente almacenaba las
aguas para el regadío de la Almunia de Larache, junto al Albercón, situado al
pie del Castillejo, constituian las dos mayores balsas de la zona.
Salgo por otro lado al Camino de La Almazara en dirección
al Cabezo de Torres; pendientes del track, iremos tomando calles y carreteras
de vuelta: Claras, Fontanillas, Camino Viejo de Monteagudo, Senda de la
Portada, Av. de Murcia y Carril Cena; a la salida del mismo cruzamos la carretera,
para seguir justo a la derecha por pista, veremos zonas de cultivos que aún
perduran.
El Carril de los Arocas y el de la Torre bordean Puente Tocinos; entramos a la izquierda
por un callejón con cartel de no salida,
pero las bicis pasan
hasta por la
puerta estrecha,
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