Accedo desde la carretera de Mula a Pliego C-3315, aparco a
la entrada a la población. Comienzo pedaleando en ascenso, siguiendo las
indicaciones
hacia la Iglesia dedicada a Santiago Apóstol, porque a principios
del siglo XIV, la villa fue adquirida por la Orden de Santiago, quedando los
mudéjares como población exclusiva de Pliego desde sus orígenes, sujetos a las
directrices de la Encomienda de Aledo.
Pasando por la calle de Los Caños, llego
a la Ermita Nuestra Señora de Los Remedios, del siglo XVIII y estilo barroco.
Enlazo
con la carretera C-4
con vistas de la fortaleza de Pliego, enclave desde el que
se domina la población y el antiguo poblado fortificado de La Mota (Castillo de
las Paleras).
Pasado el puente, aúpo la bici a la Senda de La Muela,
pasando
junto al vallado por los Miradores de La Muela
y de La Cruz, dominando el valle
del río Mula y la llanura del Guadalentín.
Tras rodear el Alto de La Muela
y hacer un tramo por la C-4,
tomo el desvío señalizado como Senda “Mountain Bike”,
dejo atrás el depósito
municipal del agua (Muela),
tomando entretenido sendero por la izquierda;
bordeando el Pinar, corto la Rambla de Canfur,
continuando a la izquierda por
pista semiasfaltada;
atento a salirme por la preciosa Senda del Fontanar a la
derecha;
acaba en pista rodeada de almendros junto a la casa de la fuente de
chirín, con magníficas vistas de Sierra Espuña;
el fuerte viento en contra me
azota incesantemente, cambio de dirección
realizando un trecho por la carretera
de Pliego a Gebas, pendiente de enlazar con un sendero conocido de otra ruta,
que voy a seguir a la altura de una casona.
Voy bordeando la Cuerda del buitre, cruzo el Barranco del
Llano,
giro a la izquierda pasando por la granja de la Casa del Mariscal,
tuerzo a la derecha por un camino entre cultivos;
cortando el Barranco de
Fuente Higuero,
tomo la barrita en el
Rincón de La Esperanza
contemplando la Acequia del Barbo.
Al término de una gran balsa, se inicia un sendero de cierta
pendiente hacia el Cerro de Almoloya, uno de los más importantes asentamientos
de la cultura argárica,
dejo el sendero por otro, girando por la izquierda a los
Picachos de Peito (553 m), por fin una trialera de las buenas, donde tirar de
técnica al menos en subida;
desciendo hasta la pista que sigue el Itinerario
Ecoturístico de La Senda del Agua,
que me hará pasar por la entrada al área
recreativa de la Fuente de La Portuguesa, donde estuve recientemente con mi
grupo de jubilados profesionales “Pedaleando por la Vida”.
De nuevo el viento en contra ralentiza la marcha, paso por
la junta de unión de los tramos del Canal del Taibilla, correspondientes a
Barqueros y Pliego,
cambio de pista y dirección sin cruzar el Barranco de La
Hoz, aunque sigo entre cultivos forestales;
la pista tiene una barrera privada
con cartel de perro peligroso,
el camino que sigo es el del Canal del Taibilla
soterrado, en una almena de derivación subterránea de las aguas hacia Pliego,
aunque
han colocado una barrera de piedras,
además oigo ladridos de un perro, veo
acercarse un gran perro lanudo al camino (de la Mancomunidad de los Canales del
Taibilla), cuando ya estoy enfilando una corta trialera, al parecer lo dejan
suelto, y no hay ninguna valla que delimite la finca particular. Ahora toca
empujar bici por el abrupto sendero de tramos con suelo rocoso, que se dirige
al Cerro de La Almoloya.
Salgo a una pista que me deja junto al cartel del Mirador a
Pliego,
desde donde asciendo a tomar otra pista,
que me lleva por el canal
soterrado a la bifurcación del Barranco del Cherro, donde campo a través,
hay
que tomar pista cortada, desviarse por la derecha al sendero que asciende a la
Cuerda del buitre (un tramo de fuerte pendiente hay que hacerlo a pie).
Salgo a
un cruce, sigo recto,
la pista estrecha vira a la derecha hacia el Pino del
Buen Aire.
Desde el aparcamiento Higuera, accedo a la carretera y al Collado de
Espuña (465 m),
sigo un sendero que parte por la izquierda, desciende raudo paralelo
al Barranco del Juncal, se me cruzan cuatro perros juntos sin que aparezca
dueño (ver vídeo),
rodeo una balsa
a Pliego por el cementerio, transitando por
sus calles paso por la plaza del Ayuntamiento antes de llegar al aparcamiento.
Ha sido una ruta corta e intensa, le han faltado pendientes pronunciadas a las
trialeras, debiendo coger velocidad en los descensos para divertirme, he empleado
técnica y fuerza en algunas ascensiones, sin embargo, la belleza de los parajes
si ha estado a la altura y mas allá.
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