Paseo Fluvial Vicente Medina-Noria del Boticario-Canal de la Algaida-Central de Rio Muerto-Noria del Acebuche
ya que las frecuentes riadas, destruían o dañaban
seriamente las estructuras que se levantaban; se construyeron ocho barcas a lo
largo del siglo XVIII; el arrendador del barco cobraba a los viajeros que iban
a los Baños de Archena,
un peaje que limitaba el ingreso en las arcas
municipales y frenaba el transporte a los pueblos vecinos, al no disponer de
puentes sobre el Río Segura.
Transitamos por el paseo fluvial dotado de arbolado,
pasarelas y juegos infantiles, nos permite observar pequeños huertos con
cultivos variados y frutales.
Dejamos atrás la depuradora,
accediendo por
escaleras a un pequeño mirador sobre el puente y área recreativa;
la pista se
une a la Acequia Mayor de Alguazas;
nos conduce hacia Los Torraos,
para ver la
noria que ayuda al riego de las huertas en su pedanía, la Noria del Boticario,
metálica
en su totalidad, de construcción moderna con 28 radios, cuatro palas
intercaladas entre cada par, 56 paletas de hierro y cangilones dobles;
hasta
mediados de los años 90, llegó a regar unas setenta tahúllas (antaño de
hortalizas y ahora de frutales).
Volviendo brevemente sobre nuestros pasos, continuamos unos
metros paralelos a la acequia,
tomamos la primera pista hacia el Río Segura;
el
paso por su mota está poco transitado, las plantas se unen al cañar, aunque presentando
poca dificultad de paso para nosotros, no así a Perrete Tierno;
además de bleos,
malvas y acelgas del campo, encontramos la curiosa lechetierna,
al cortar su
tallo expulsa una sustancia lechosa parecida al látex.
Dejamos la ribera
para
avanzar por pista huertana poblada de coles, ajos, puerros y cebollas.
Cruzamos el puente para proseguir por el Canal de la Algaida,
pisteamos junto al río por el Tramo Ecoturístico Valle de Ricote,
hasta la Central
de Rio Muerto
y su área/merendero en el Acebuche de La Algaida, propicio para
hacer picnic, dispone de barbacoas, mesas de piedra, fuente de agua potable
y
bosque de ribera repoblado con especies autóctonas (fresnos, almeces, sauces y
tarayes).
Recorremos el área cruzando el puente del canal
y la Acequia
de Caravija, para acceder, desde la Algaida, cruzando con precaución la
carretera,
a la Noria del Acebuche,
una noria relativamente moderna,
construida
en hierro menos palas y cangilones que son de madera;
su diámetro de 12,20 m,
era
la encargada de regar las tierras de esta zona de Archena,
gracias al
suministro de la Acequia de Caravija.
Seguimos en suave descenso paralelos a la carretera,
la
cruzamos bajo el puente
rodeando unas ruinas
junto al azud,
donde podemos ver anátidas,
pájaros y zancudas.
Había un Pato de Collar en el agua (cabeza de color verde metálico,
flancos grises y crespo negro en la cola).
Abandonamos la zona de picnic
cruzando la pasarela,
sus tablones de madera asustan a Perrete Tierno,
se queda esperando mi auxilio, ya que no se fía de las rejillas con sus patitas
vendadas.
Volvemos por el paseo fluvial,
rodeando un trecho,
en un
paisaje mezcla de palmeras, huertos de limoneros o naranjos vallados y con casas
de lo más variopinto;
entrando en la Ruta Vicente Medina,
poeta y dramaturgo
archenero cuya principal obra, Aires murcianos (1898), se convirtió en
referencia del costumbrismo sentimental y de denuncia social, alabado por
literatos como Azorín,
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