Cuco de Zacarías o de la Alberquilla-Barranco del Zurridor-Solana de La Alberquilla-Barranco de la Higuera
Partimos a 0° con sol y sin viento los Tres
Magníficos; la pista hacia la Sierra del Carche, situada entre Jumilla y Yecla, dispone de 5.942 Has.;
en 770 m cambiamos de dirección a la derecha por bancal
de almendros, en busca de un ramblizo que nos deja junto al Cuco de Zacarías o
de la Alberquilla,
construcción circular, en piedra caliza colocada en seco, a veces revocada en el interior,
su vano adintelado estrecho de entrada, apenas
deja pasar el cuerpo, dentro podemos erguirnos en su centro,
en el
techo tiene un respiradero que se emplea para verter la paja,
al que se accede
desde el exterior por lascas incrustadas en su bóveda con contrafuertes a modo
de escalones,
forma parte de una Era empedrada, que no tardará en desmoronarse
al igual que lo ha hecho una pared del cuco.
Los cucos se empleaban para el abrigo de los braceros que laboraban
los campos de secano destinados al trigo, vid y olivo, de las inclemencias del tiempo, su ubicación estaba condicionada por la distancia a los núcleos de población y
la falta de buenos caminos; proliferaron durante los siglos XVIII y XIX.
Seguimos campo a través hacia el Barranco de Los Lobos,
giramos en ascenso por terreno de labor, para enlazar con una pista que nos
acerca a la entrada del Barranco del Zurridor,
en la bifurcación de pistas, tomamos la que no baja (marca de pintura lila), se hace sendero ramblero
encajonándose
entre elevados paredones, con muestras de erosión alveolar en sus paredes calizas y margosas.
una cata en la pared
rocosa, pinos carrascos de alto porte con trepadoras,
piletas hechas de roca
junto a una
conducción subterránea realizada a golpe de cincel
y una cubeta horadada en la
piedra para remansar agua arroyera.
Flanquean el paso enormes pinos semitumbados o con dos troncos
poderosos y dos pozos al descubierto; tomamos altura saliendo por traza senderil en la coyuntura ramblera, para contactar con el principio de una pista, que mejora a la par que curvea
altanera y primorosa,
nos muestra una caseta con depósito de aguas en la Solana
de La Alberquilla,
antes de llegarse a un collado bajo el escarpado Cerro de La
Replana donde tomarnos el mantente.
Descendemos por el Barranco de la Higuera, de pendiente
sostenida y laderas abiertas en el primer tramo sorteando la vegetación de
sotobosque compuesta por enebros, coscojas y lentiscos;
se transforma cerca de
su salida en un cañón abrupto con árboles caídos,
suelo de roca con deslizantes
inclinaciones en un buen trecho del angosto recorrido;
hemos de extremar la
prudencia e ir descendiendo apoyando manos
hasta la formación de un túnel
debido
al desprendimiento de grandes moles pétreas que irrumpen en el cauce.
Al salir del Barranco de la Higuera
un solitario almendro ha
florecido en el inmenso campo circundante,
nos dirigimos a su vera para
hacernos las fotos de rigor.
Seguimos campo través
para tomar un ramblizo
entre
tomillos, romeros, espartos y lastón
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