Pista del Relojero-Camino de las Minas del Cerrillar-Senda Perdida-Los Águedas-Las Llanas-Rambla de Sangonera
Accedo desde El Palmar por la RM-611 a La Paloma, aparco
enfrente de un depósito de agua junto a una urbanización (37°55'43.07"N 1°10'9.57"W).
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Salgo pedaleando hacia la parte sur de la Ciudad Sanitaria
Virgen de La Arrixaca, en la rotonda giro a la derecha por la Urbanización,
para cruzar por debajo de la autovía Murcia-Cartagena;
bordeando el cementerio
de La Alberca
enlazo con la carretera al Valle Perdido,
el sendero de la
izquierda
me saca a la carretera de El Valle, prosigo por la senda de su
izquierda pasando por el Centro de información y pedaleo junto bordeando el
Arboretum
al área recreativa de la Balsa Redonda de El Valle;
tomo la Pista del Relojero (Rambla de El
Valle)
y el Camino de las Minas del Cerrillar (Camino del Apóstol)
al Collado
de la Piedra; giro por su derecha en ascenso; pasado el inicio de la Senda
Ismael en dirección al Sendero de las Columnas, continuo por la pista de la
izquierda que acaba donde empieza la trialera Senda Perdida,
pasa por Peñas
Negras, corta la Rambla de Las Cabezas
hasta su final en la casa de la Venta
del Civil, sorteando la Rambla del Puerto.
Cruzando por debajo de la autovía a Cartagena, paralelo a
ella en ascenso giro bordeando la Urbanización La Laguna,
enfilando hacia Los
Brianes y Corvera por pista asfaltada y viento en contra;
me desvío por la
pista de los Águedas,
que nos introduce por la finca de Las Llanas en la Sierra
del Puerto; desde las ruinas de la Casa de la Naveta
voy por la izquierda en la
bifurcación, como el mantente en el enlace con la pista de las Llanas. Asciendo
al cruce con la pista lomera con tres duras subidas
antes de ir atajando para iniciar una larga trialera de
aproximación a la Rambla de Sangonera.
Disfruto de la completita Rambla de Sangonera con todo tipo
de tramos,
sorteo de rocas y algún salto;
enlazo con la Rambla del Pocico
y
termino pasando por las ruinas de las Casas Altas de la cercana urbanización de
Torre Guil,
con dos plantas, un gran patio, varias cuadras y un palomar,
de
hace aproximadamente doscientos años,
en la planta baja vivían los caseros,
quedando reservada la superior para cuando venían los señores. Estas casas de
labranza, servían como residencia de verano de los propietarios.
El edificio
principal con 20 metros de fachada por 9 de fondo, disponía de un gran portón a
la entrada, para que carros y caballerías aparcasen en el patio, fuera se
extiende una era destinada a la trilla mayormente.
En conjunto coexistía el
duro trabajo agrícola desempeñado en sus bancales, con la apartada vida de los
caseros y el interés económico de los dueños.
Continuo por la Senda del Caballo Muerto,
alternando tramos
de suelo rocoso con arenoso, hasta la convergencia con la Rambla de Sangonera,
por la que vuelvo a transitar
hasta su final en Sangonera y la Finca de Las
Monjas;
de vuelta al aparcamiento por la Finca de Mayayo
y su Eucaliptus
camaldulensis, el eucalipto más grande de la Región de Murcia, con 6,40 m
perímetro o cuerda y 30 m altura.
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