Partimos cuatro magníficos en una mañana gélida y
temperturas de hasta 1,5 grados bajo cero,
los charcos de hielo
y las plantas
escarchadas,
nos regalan las primeras estampas invernales de un otoño tardío;
la pista nos dirige hacia el Arroyo del Toñido, con vistas de las ruinas del
Cortijo el Sabinar;
cierto es que estamos rodeados de sabinas, además de
algunos chopos, encinas y nogales; vamos encajados por los paredones de la
Zorrera,
cuando aparece el Cortijo de la Rosa (antaño Cortijo del Rollo de
Abajo), un chambao para el ganado es todo lo que queda del mismo.
Poco más adelante, paramos a tomar el mantente junto al
Cortijo del Rollo del Altuñio,
nombre del tramo rutero que estamos haciendo
como calentamiento.
La pista acaba aquí, en una nogaleda con cantidad de nueces
congeladas en el suelo. Entre el ascenso por pedregosa trocha, con sol y sin
viento, nos sobra abrigo;
cambiamos de margen siguiendo las balizas, que nos
guían hasta el cartel fin de tramo señalizado,
con información sobre la Fuente
de La Jordana y una pequeña cascada ubicada poco más adelante, sin embargo
nuestros objetivos son de otra índole.
Detrás del cartel, junto a la vaguada de nuestra izquierda,
una traza senderil escarpada nos aúpa a la aldea agrícola y ganadera de Cañadas
de Abajo,
nos reciben las gallinas, la suelta de los corderos y una fuente muy
apañada.
Seguimos brevemente por la carretera para girar por la derecha en
ascenso,
cruzamos una canalización,
atajando campo a través por veredas,
eludiendo
los amplios giros de las pistas que nos salen al paso,
hasta el collado y cruce
de las mismas, donde comienza la Sierra de Las Cabras, con el pico más alto de
la provincia de Albacete (2080 m).
Seguimos rectos por la pista forestal con barro y zona de
recreo;
su Fuente de la Carnina nos sirve para no gastar el agua que portamos;
avanzamos con la vista puesta en la Sierra del Talón hacia la que nos dirigimos;
en el cruce de pistas al Cortijo del Talón y la ascensión al Pico Las Cabras,
tomamos a la izquierda cambiando el sentido de la marcha; llegamos a la Rambla
de Majal Alonso, elegimos continuar un trecho por la pista, para comer y tener
buenas vistas,
aunque uno de nuestros objetivos es el descenso por la rambla más
adelante, ya que sabemos por el Google Earth que se acaba.
Cruzamos una pequeña alambrada
y comemos los bocadillos, con
la placentera sensación del silencio que nos inunda, acrecentada por una
cerveza de acompañamiento y algún buitre sobrevolando las crestas dolomíticas
circundantes. Toca descender con precaución al fondo ramblero;
pisamos terreno
arenoso,
la rambla mantiene un pequeño desnivel constante de agradable transitar,
pero a su final topamos con dos muros de contención,
que salvamos haciendo una
pequeña trepada por la izquierda.
Nos hallamos en la confluencia con otros
ramblizos sucesivos,
adornados de monolitos o frailes de caprichosas formas y
distintos tamaños (este era el auténtico objetivo de la ruta),
localizamos el
origen de la Fuente de Arenarejos apenas húmeda, suponemos que se filtra al
ramblizo de al lado,
por donde me atrevo a remontar, entre espesos juncos
creciditos y charqueros,
en busca de una cueva o un posible tejo, al decir del
mapa.
Vuelvo a reunirme con mis tres compañeros, para salir a
Arroyo Blanco,
tomar pista embarrada en cruda subida,
alternando pastizal de alta montaña
con roturación
del suelo en Cañadas de Arriba;
rodeando la nave ganadera
y dejando el abrevadero atrás,
entramos en un bello encinar,
rodeados por el roquedo,
caminamos por una
alfombra vegetal hacia las ruinas del cortijo Cañadas de Arriba;
echamos un
vistazo,
charlando sobre la dureza del trabajo y aislamiento que somete la Sierra, a las gentes que poblaron estas latitudes.
Cortamos el Camino Rural Fuente de la Carrasca, descendiendo
largamente por una antigua pista,
discurre paralela a la cercana carretera;
al
final toca volver por asfalto un tramo, pasando por el Cortijo la Guijarrilla
al coche.
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