Aunque nosotros lo hicimos viniendo
desde el Puerto de San Lorenzo por San Martín, Entrago y Proaza.
La senda tallada en la roca a mediados del siglo XX, corresponde
a la necesidad de conectar los pueblos de Pedroveya, Rebollada y Dosango con Villanueva
y el valle del Trubia.
La ruta consta de tres partes diferenciadas: 1ª
Desfiladero tipo Garganta del Cares, menos monótona, más corta y repleta de
crestones calcáreos.
2ª Bosque mixto con el Arroyo de Viescas.
3ª Prado de
ladera con sotobosque de helechos, vistas al valle y, para rematar - a un km de
la ermita con su tejo, el bar de Pedroveya -.
Siguiendo la carretera asfaltada a Tenebreo, a unos 200 m a
la derecha parte la senda.
Pasamos el primer túnel cincelado en la piedra ...
... vamos remontando a media ladera...
... con pasos de ayuda a base de cuerdas para los
que padezcan vértigo, aunque hay anchura suficiente en el suelo rocoso para
cruzarnos con otros caminantes.
Entramos junto al río poco después de pasar el segundo
túnel ...
... se oyen las pequeñas caídas de agua en medio de un bosque de hayas,
castaños, robles, avellanos, tilos y fresnos.
Cruzamos el río por un puente de madera (La
Lledia) ...
... vemos las ruinas del Molino de Secundino ...
... ascendemos por escalones reforzados
con traviesas ...
... hasta un cruce de caminos, (por la derecha en ascenso iríamos a
La Rebollada), a la izquierda perdemos altura por pista encementada, cruzamos
el puente sobre el Arroyo de La Boya ...
... poco más adelante se despeja la
vegetación, abriéndose a un prado con vistas de la ermita de San Antonio de
Pedroveya.
Las Xanas son personajes mitológicos asturianos, de pequeña
estatura y muy bellas, con largos cabellos rubios que sujetan con cinta de
perlas o flores, viven en las cuevas, las fuentes y en las orillas de los
ríos.
Cuidan del ganado y a la puerta de
su casa hilan madejas de oro y se las regalan a los pastores y a aquellas
personas que las ayuden a desencantarse.
Raptan a los hijos de los aldeanos y
en su lugar dejan a los suyos, los "xaninos", para que los alimenten.
La Noche de San Juan, salen a romper su encantamiento, bailando, lavando y
tendiendo sus ropas.
Rosa abraza como es costumbre al tejo de la ermita (es la
cuarta vez que hacemos esta ruta) ...
... y continuamos por la carretera MO-5 hacia
Pedroveya ...
... el viejo cartel que tanta gracia nos hace aún perdura ...
... la entrada al
pueblo permite ver un conjunto de hórreos y paneras. Tomamos unos vinos con
media de chorizo en Casa Generosa, para volver a la ermita ...
... descender por el
prado ...
... y por unos escalones embarrados ...
... al puente de tablas ...
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