Accedo desde el Puerto de la cadena por pista en buen estado,
bordeando la gasolinera pasa por una gravera, las ruinas del Caserío de Lo
Pareja y la Finca Constancia.
Aparco al lado de un cortijo ...
... y continuo a pie,
giro por la izquierda en el cruce de pistas hacia la Casa del Estrecho de Arriba...
... los escopetazos de los cazadores me acompañan durante el periplo, me interno
por un bosquete de pinos ...
... y sigo por sendero entre barrancos...
... poco a poco se va
perdiendo el rastro y toca explorar monte a través en la Solana del Cerrillar.
Intentando no perder ni ganar altura hacia el Este, me corta
el paso uno de los barrancos, con un rodeo y algo de pericia lo salvo, para
caer en la unión de dos ramblizos ...
... a pesar de su belleza ...
... voy hundiéndome en el
barro.
Esperaba tener una salida airosa pero llego a un embalsamiento...
tengo que
trepar para rodearlo, aquí me encuentro unas gafas de sol, de algún incauto engullido por el fango.
Salgo a una pista rodeando la charca ...
... y giro en el cruce del
Retamar en ascenso.
La larga pista que da servicio a las fincas se halla llena
de barro y profundos surcos, transita por Los Morales entroncando con otra
mejor por la derecha.
Una puerta vallada con cercado me impide continuar, vuelvo brevemente
sobre mis pasos siguiendo un ramal hacia la Sierra de Los Villares, hasta que acaba
en un huerto...
... otra vez monte a través enlazo con la Senda de la Vagoneta...
... habiendo de hacer una corta ida y vuelta para obtener las fotos.
La pista se
hace sendero por la Umbría del Puntal (484 m) alfombrada de matorral y
salpicada de musgo y setas.
Las tierras de cultivos han dejado su legado en forma
de barros, hay que ir sorteándolos valiéndome de los bastones, arma eficaz en
este tipo de contratiempos.
Al pasar por las ruinas de la Casa del Estrecho de Abajo, le
echo un vistazo antes de llegarme al coche.
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