Aparcamos a la
sombra de un eucalipto, partiendo de una zona donde convergen el Río y Caño Espuña y los Canales del Taibilla y Trasvase Tajo-Segura,
a poca distancia la Central Eléctrica
del Rápido de Los Molinos (1961), que aprovecha un salto de 162 m. de
tubería, por donde desde Carmona, se
desploman las aguas del Canal del
Taibilla para producir 1.500 kilovatios
por hora. También se halla al lado la Fábrica de Electricidad (1904) -en desuso- de la Sociedad Eléctrica de Alhama que
utilizaba la caída de casi 200 m. del Caño
Espuña.
Ascendemos por el
sendero de la Umbría del Barranco del
Rio Espuña, enlazamos con la Senda
del Agua (o del Rápido) donde existe un pequeño estanque y acueducto con
canal del Caño Espuña.
Por pista en buen
uso salimos a la carretera Fuente Alta,
que asciende al Collado Bermejo
desde Alhama, nos desviamos en Fuente Rubeos -pequeño manantial (S.
XIV) con forma de media concha y bancos de piedra (1915) traída de la famosa cueva
de La Matea-, la Casa de Rubeos (1926) edificada por el
arquitecto y vicepresidente de Tropa de
los Exploradores de Murcia (Rafael Castillo), simula un chalet suizo de
montaña y fue bautizada con el nombre de La
panificadora, por disponer de amasadora y horno de pan que abastecía a los
campamentos, con el tiempo pasó a ser Casa
de los Agentes Forestales y después a la Comunidad Autónoma.
Rubeos es objeto de la “leyenda del Durmiente de Sierra Espuña”:
En 1928 falleció en un accidente mientras jugaba al futbol, un joven guía de
los exploradores (Mariano Serrano), sus compañeros le encargaron una estatua en
piedra, que situaron sobre un pedestal en Fuente
Rubeos. En 1940, el gobierno
franquista prohibió el movimiento scout y con ello la incautación de sus
bienes, por lo que cinco compañeros desmontaron la estatua una noche, y la
enterraron en las inmediaciones, prometiendo y cumpliendo que nunca revelarían
el lugar, pues ni siquiera la Unidad
Militar de Emergencias con la ayuda de un georradar pudo localizarla y ya
han fallecido los cinco.
Pasado el Centro
de Interpretación y visitantes Ricardo Codorniu, dotado con una zona de recepción, Sala de Audiovisuales y Conferencias,
Aula de Formación y Laboratorio, una oficina para los Agentes Forestales y otra
para Reuniones de la Junta Rectora. A través del recorrido por la Sala de
interpretación, los visitantes pueden identificar, mediante paneles, maquetas,
elementos interactivos y ordenador, sus valores naturales. Uno de los elementos
más singulares es la maqueta que muestra el funcionamiento de los Pozos de la Nieve.
Subimos por la Pista Forestal Cuesta del Marqués - o de La Peña Apartada-, dejando una zona
de acampada controlada, el Barranco
Quemados y en el cruce con la Casa
Lavanderas, seguimos ascendiendo por la izquierda, hasta tomar la pista de
la Umbría del Marqués -o Umbría de La Peña Apartada- abandonando
la que llevabamos muy cerca ya del Collado
Bermejo. Siempre bajo la atenta vigilancia del pico Espuña, el Morrón y al fondo las paredes de Leiva.
Aquí coincidimos con
un grupo de jóvenes con bicis de enduro, los vimos descender con pericia y
rapidez la trialera de “La Salvaje”, compartimos brevemente
esa expresión de felicidad, tras el “subidón” de adrenalina que reflejan
nuestros rostros y seguimos disfrutando por la zona de Moriana.
Volvemos a tomar
otra vez asfalto, para separarnos y atajar por una trialera, hasta la pista del
Pico de la Garita.
Desde donde
iniciamos un sendero que nos deja en la pista, ya conocida en el inicio de la
ruta para, nuevamente dejarnos caer hacia el Barranco del Río Espuña, cruzarlo y trepar por una senda, a la que
bautice hace años con el sobrenombre “del
martirio” (por lo duro que resulta a estas alturas de ruta), enlazamos con
la Senda del Águila (enfrente de la
de inicio).
Hasta el punto de salida -tomando los atajos técnicos ya conocidos-.
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