Albergue la Calera-Collados Blanco y Moro-Cañada de Priego-Senderos de los Collados de la Madera y de Mezquita

Accedemos desde Ricote por la RM-B15 a Mula, entramos por pista forestal desde el Collado de La Calera al Albergue del mismo nombre,

aparcamos los vehículos 

para salir pedaleando los 11 componentes del grupo, por la misma pista; 

cruzando la Rambla de Mezquita, 

vemos por nuestra izquierda los cercanos Barrancos del Socavón y los Terreros, junto a Loma Trinidad y Cañada Andrés; 

pasada Loma Faldriqueras nace el Barranco del Carrizalejo bajo nuestras ruedas ahora; 

bordeamos Cabezo de Palazón con vistas de la Sierra del Cajal, 

cortamos el Barranco de Colmenara; 

nos reagrupamos en Collado Blanco, donde nace la Rambla de Carcelín o del Arco. Hasta aquí todo fácil.

Giramos a la derecha en el cruce con la pista a Patruena, 

se endurece el ascenso para salvar la Rambla del Estrecho, 

hacemos caso al cartel de dirección prohibida, en una pista muy empinada que nos sale por la derecha, 

nosotros seguimos rectos hacia el Cabezo del Espino 

llegando al Collado del Moro; 

tomamos la barrita 

 e iniciamos un descenso, la pista se estabiliza y nos conduce hacia el Puerto del Caballo; 

vamos atentos a descender por la Cañada de Priego, 

un largo sendero bonito y entretenido, que coincide en su inicio con la Vereda del Puerto del Caballo, 

hasta que se complica en zona ramblera de grandes piedras, 

justo entonces, empujando la bici 

realizamos a la derecha, un cortito ascenso por suelo rocoso

 al Sendero del Collado de la Madera PR-MU 47, 

con cierta dificultad lo subimos, 

para dejarlo por un ramal a la derecha 

que enlaza con la pista forestal.

Nos dividimos; el grueso del grupo desciende por la pista al Collado de Linuesa y Piedra Lisa; tres de nosotros zigzagueamos en ascenso junto al Cabezo de los Machos, 

para hacer el Camino Forestal al Collado de Mezquita (639 m), 

es una estrecha senda con tramos de mampostería, degradada por el tránsito, la escorrentía, los derrumbes y la falta de mantenimiento, sus vistas del Valle de Ricote sin embargo son fantásticas. 

Perdemos altura en el tramo final, 

con alguna curva virada de suelo pedregoso y tierra suelta, 

antes de alcanzar el aparcamiento donde han llegado el resto del equipo. Celebramos el cumpleaños y estreno de la benjamina del grupo en esta salida antes de volver a Murcia. 

En el capítulo de las incidencias, hago constar la tremenda pérdida de tiempo, en arreglar un destalonamiento de la cubierta demasiado estrecha, para la rueda trasera con motor incorporado en una de las cuatro bicis eléctricas.

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Versión Patas Inquietas